El día 26 de Abril celebramos la fiesta de nuestra Patrona, la Virgen María, en su advocación como Madre del Buen Consejo. Tradicionalmente, en nuestras Comunidades celebramos el día de las vocaciones trinitarias.
María es la primera mujer consagrada. Después de Cristo, es la más pura expresión de entrega personal a Dios y a la causa de la salvación, por lo que es para nosotras el primer modelo de consagración especial a la Trinidad.Todo en ella expresa una relación singularísima con el Padre,con el Hijo y con el Espíritu Santo.
María,como Madre del Buen Consejo, alimenta nuestra vocación siendo luz en nuestra búsqueda de la voluntad de Dios, consuelo en nuestro caminar, aliento en las dificultades, luz en las tinieblas, consejo en las situaciones de duda o temor.Su especialidad es dirigirnos siempre hacia Jesús,el Buen Conserjo, Haced lo que El os diga" (Jn.2 ).
En nuestra misión con la juventud encontramos en María la presencia maternal y sabia que necesitamos.Ella nos prepara para encarnar el amor entrañable que necesitan las jóvenes a las que se nos envia. Ella nos infunde el talante que requiere nuestra misión para orientar en el camino verdadero, acompañar sabiamente, y siempre señalar hacia Jesús, Buen Consejo.
María infunde en nuestro espíritu la acogida de cuantas vienen a nosotras o encontramos a lo largo del camino; entrañas maternales y misiricordiosas para dar consuelo y aliento a las jóvenes más débiles,caidas,solas o desorientadas; consejo para orientar y acompañar a la juventud en la búsqueda de su dignidad, en su crecimiento, superación o promoción.
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